viernes, 16 de marzo de 2018

Quién sabe lo que escribiré mañana...

Hoy le canto a la mañana. Ese momento al amanecer donde los pájaros empiezan a despertar. Esa sonrisa que, sin evidencia, puede sorprenderte en un segundo. Esos buenos días de quién solo esperabas un "a ver si quedamos". Ese café que te calienta un día lluvioso. Cierta motivación para saltar de la cama y tener ganas de comerse el mundo segundo a segundo. Vencer al tiempo.

Hoy le canto al sonido. Que mejor medicina que la música. Obra maestra. Voces motivadoras, reflexiones inesperadas y sentimientos acertados en la inmensidad del barullo de un bar. Gritos de felicidad por esa apuesta ganada, o carcajadas por el recuerdo de esa experiencia no tan acertada.

Hoy le canto a la gente. Qué sería de la vida sin esos abrazos inesperados, de los besos robados y las aventuras en el mar inmenso. Día a día, paso a paso, todo llega a su destino. Estar acompañado es lo mejor. Apoyo, soporte y aguante. Risa y lágrima de felicidad continua ¿Se puede pedir más?

Sin embargo,
quién sabe lo que escribiré mañana.

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