miércoles, 3 de octubre de 2018


Si en el silencio del reflejo de la luna pudiera escribir unas palabras de amor, lo haría, aunque cayera en el abismo en el intento.

domingo, 30 de septiembre de 2018

Sending out flares

Hoy me permito llorar a lágrima tendida.

No, aún no soy consciente de lo que he hecho. Quién lo diría, que hace unos años era una utopía. Sin embargo, hace menos de un mes que lo he conseguido.

Abuela, he cumplido tu sueño.

"Mi madre se murió con un sueño. Un sueño que nunca llegó a cumplirse"  Mi madre me lleva diciendo eso desde que tengo uso de razón, que resulta que fue después de que te fueras.
Sí, recuerdo poco, vagos recuerdos de ti, pero lo suficiente a través de mamá.
Cada vez que paso por donde estaba vuestra casa, veo a mamá apartar la mirada y bajar los ojos.
Yo solo recuerdo el limonero de la puerta, que daba un aroma tan fresco a la entrada de ese paraíso.
Ese cuadro de una máscara con un gorro de bufón que tanto miedo me daba. Ese teléfono de los de ruleta para marcar. Ese San Antonio que ahora te acompaña en el cementerio. Esas escaleras donde sería la primera vez que me cayera. El patio. La cocina con esas trampas para los ratones que poco más y me cazan a mí. Las cuadras que eran un trastero. El piso especial de arriba,  porque yo no podía subir sola vaya a ser que me cayera por las escaleras. El salón. Todo.
Todo que ahora no son más que escombros donde se asientan otros. Donde te vi caerte y no comprendí que pasaba. Donde aprendí lo que eran las cucarachas.
Tantos lugares y sin embargo mi ultima imagen tuya es llevándote un trozo de tarta a un hospital. Creo que era por mi cumpleaños. Me llevaron a escondidas por esos horribles ascensores solamente para pasar un rato contigo. Mi última visita. Ahora lo pienso y no sé si era que no querían que te viera así o que simplemente no podía entrar. Esa sonrisa al verme allí, yo sin saber por qué, pero ahora la añoro. Yo estaba feliz con el coche a pilas que me habían comprado en la tienda del hospital. Nada podía salir mal.
Además, se acercaba Navidad. Quién iba a decirnos que nos ibas a dejar en Nochebuena. Por qué. Por qué. Mi madre pegada al teléfono llorando. Ese mismo teléfono con el que te llamaba y te decía las cosas que puede decir una niña de 5 años, pero tú te reías.
Pequeña era, pero ese hospital de Málaga nunca lo olvidaré por lo que allí perdí.

"Te pareces a ella" me dice cada vez que me ve tú hermano más pequeño, mi abuelito, tu ahijado. La persona que más te admiraba y te admira desde siempre. Quién desde este verano considero como mi abuelo. El mundo te adoraba y a mí no me dieron tiempo para saber por qué, aunque lo sé por como se iluminan los ojos de quién habla de ti. Es un orgullo que me comparen contigo, que digan que tengo tu carácter y soy tú de joven. Tu pueblo te admira.

Siento que llevo una parte de ti muy dentro de mí, y ahora más que nunca, que he cumplido tu sueño. He ido a Venecia, como tú soñabas. Sé que has venido conmigo y que has disfrutado más que yo en ese paraíso. Tu alma está conmigo y tu sueño también pasó a ser mio. No soy consciente de ello, pero nuestra utopía ya ha pasado a ser realidad. Allí te vi, sonriendo en cada paso que daba. Me siento en paz desde que he ido. Llena de nuevo para seguir adelante, como si hubiera arrancado una espina que marcaba la pena y da paso a la admiración.

No sé si habrá más allá, pero te siento ahora tan cerca de mi, que siento que los años que nos arrebató el cáncer son falsos y siempre estás conmigo, como si estuvieras a mi lado ahora mismo secando mis lágrimas al escribir esto.
Noto que en mis momentos malos, estás aquí, presente o en mis sueños. También en los buenos, alegrándote de tu nieta pequeña.

Te echo de menos, abuela
Llevaré tu legado siempre aquí. en mí.

Flares - The script

martes, 1 de mayo de 2018

Jaque Mate

Jaque Mate. No había movimiento posible para ganar en esta partida contra las blancas. Había perdido cualquier posible oportunidad para levantarse victorioso como rey de las negras.

Sí, había perdido a pesar de la esperanza que tenía al principio. Había encontrado un buen batallón, seguidores fieles los cuales protegerían su persona hasta caer rendidos. Sonaba sencillo que el resto luchara por él mientras que se encontraba sentado en su guarida. Aunque claro, no tenía en cuenta que su protectores no estaban protegidos y las batallas se libran a base de sangre y caídas. 

Era sencillo observar y observar al que no se encontraba en el círculo del confort. Sin embargo, no contaba con que a veces las fichas de su propio bando a la hora de la verdad, también quieren protegerse y buscar su propio bien común. No se llama desobediencia, se llama autodefensa. Al final, siempre gana el que piensa en sí y solo en sí mismo. 

Caída de batallón a media partida. No sabía el pequeño rey que hacer. Nadie le había enseñado a defenderse, y ahora que estaba viéndose en peligro por el abandono o muerte de su defensa, no le quedaba más remedio que andar. Que frustración sentía cuando los demás corrían y él únicamente podía moverse paso a paso. Al final, siempre hay que tener un plan B para escapar en la adversidad.

Rodeado, sin movimiento alguno, se rindió. No podía más. Había caído el imperio que alimentaba su humanidad. Aprendió que no podía vivir en base a los demás en la lucha de las puertas de cielo/infierno.

domingo, 22 de abril de 2018

Barco a Venus

Alex había triunfado desde que nació, sobretodo a nivel profesional. Gran estudiante y mejor persona. O bueno, ¿Mejor persona? Eso se preguntaba cada noche después de pretender viajar al séptimo sueño.

Ahora, que estaba a un mes de cumplir su sueño, se dio cuenta. Era una máquina, y su función no iba a ser otra distinta a la de cualquier trasto mecanizado. Sustituir a millones de personas.
Victorias en campeonatos gracias a venganzas enterradas. Matrículas bajo el embrujo de pequeños despachos. Silencios escritos en las calificaciones inexistentes. Destruyendo los dueños de su envidia, tirando tierra y subiendo a la montaña.
Su ley era que el fin justifica los medios. Si Alex quería llegar a la Luna, ¿Qué mas da donde quisieran llegar los demás? Unos pequeños juegos del hambre psicológicos extra a la alegría de sociedad donde vive.

Sin embargo, noche tras noche, después de conseguir el viaje a Venus, se dio cuenta de que era él quién había ganado esos juegos.
Todo en su vida lo había podido controlar a su antojo. Sin embargo, esto no. La realidad le agobiaba, la falta de control le abrumaba en cada pensamiento. Ahora, por fin el dolor era suyo. Siempre había controlado paso a paso lo que le incumbía, y ahora que estaba a escasos metros de volar y dejar el planeta, pensar era un tormento.  El universo era indomable.
Y decidió abandonar, y en vez de aprovechar esa oportunidad, se limitó a controlar, como dominaba, su muerte.
No pretendía que nadie le entendiera.

martes, 10 de abril de 2018

El lápiz

No he llegado a ser el lápiz que tú querías.

Querías que fuera alguien que llegara a hacer grandes cosas, y por mucho que intentaste enseñarme cómo hacerlo, aún no lo he conseguido. Batallas y batallas internas en la búsqueda de la paz me impiden ser realmente la estrella de mi felicidad. 
Querías que creyera en que alguien me guía a seguir adelante, pero no lo siento así. Solo veo que quién me ayuda a avanzar, soy yo en los momentos de intensidad, bajo la desesperación. No. Al final todos estamos solos.
Querías que dejara de avanzar si me estancaba, y lo he hecho. Parece que el sacapuntas es una de mis pequeñas especialidades. El problema es que la punta fina dura poco, no soy tan buena persona como me intentaste ver.
Querías que olvidara, pero mi goma deja borrones. No voy a olvidar lo que me puede hacer andar. No es corregir, es evitar dos veces caer en la misma piedra. Por mucho que lo evito, mi manera de ser es perdono pero no olvido.
Querías que tuviera cuidado con lo que hay dentro de mi, y no es fácil. Siento que mi vida se basa en escuchar. Tú mismo me lo dijiste, y es así. Cada uno tiene su papel en la vida y no he encontrado a nadie como tú, que pueda invertir los papeles para sentir de verdad qué es el desahogo.
Querías que dejara marca, y con el paso del tiempo me doy cuenta que no sirvo para ello. Porque a veces me gustaría hablar con personas de mi pasado, a ver si se acuerdan lo mismo que yo de ellos, pero no, porque sería dar grandes pasos atrás. Y sería empezar contigo, que ni me recordarás a pesar de todo.
Querías que no temiera al futuro, pero estoy anclada entre el pasado y el presente. Ojalá tener valor de arriesgar todo y no pensar en las consecuencias. Valerme por mi misma y no encerrarme en la madera del grafito. 

Tú pudiste llegar a ser esa abuela, pero yo no soy el niño de la historia. Por lo menos, no ahora. 
Ojalá en el futuro tener la fuerza para visitarte y decirte que, aunque no te acuerdes de mi, soy todo lo que un día soñaste que podría llegar a ser. 

sábado, 17 de marzo de 2018

...quién sabe lo que escribí ayer

Hoy le susurro a la noche. Levantarse pensando en la llegada del real descanso. Ojalá libertad mental. Tristeza en medio del anochecer temprano. La boca del lobo. Ni la ducha nocturna limpia la lluvia fría. Pensamientos latentes en la oscuridad del saber. Conocerse en realidad.

Hoy le susurro al silencio. Hambre de callar a la humanidad. Simplemente desconectar. Ausencia de voces, de las ráfagas del saber y del murmullo del futuro. Cállate y saborea cerrar los ojos. Ambiente nulo. Aislamiento con los oídos taponados de mentiras.

Hoy le susurro a la soledad. Si no te aguantas tú mismo ¿Quién te aguantará mañana? Ambición del encierro en la habitación sin entradas. Eliminar, silenciar y bloquear la humanidad. Sí, puesto que la esperanza de un mañana mejor desapareció un juego de sábanas anterior. Control mental, sabiduría egocéntrica. Quitar la máscara de maquillaje ante la sociedad.

Sin embargo,
quién sabe lo que escribí ayer.

viernes, 16 de marzo de 2018

Quién sabe lo que escribiré mañana...

Hoy le canto a la mañana. Ese momento al amanecer donde los pájaros empiezan a despertar. Esa sonrisa que, sin evidencia, puede sorprenderte en un segundo. Esos buenos días de quién solo esperabas un "a ver si quedamos". Ese café que te calienta un día lluvioso. Cierta motivación para saltar de la cama y tener ganas de comerse el mundo segundo a segundo. Vencer al tiempo.

Hoy le canto al sonido. Que mejor medicina que la música. Obra maestra. Voces motivadoras, reflexiones inesperadas y sentimientos acertados en la inmensidad del barullo de un bar. Gritos de felicidad por esa apuesta ganada, o carcajadas por el recuerdo de esa experiencia no tan acertada.

Hoy le canto a la gente. Qué sería de la vida sin esos abrazos inesperados, de los besos robados y las aventuras en el mar inmenso. Día a día, paso a paso, todo llega a su destino. Estar acompañado es lo mejor. Apoyo, soporte y aguante. Risa y lágrima de felicidad continua ¿Se puede pedir más?

Sin embargo,
quién sabe lo que escribiré mañana.

domingo, 25 de febrero de 2018

177

Lo sabía. Si es que lo sabía.

En medio de almas soñolientas, a través del silencio de la música, escribo estar palabras de alivio.

Si es que es así, una ya se va conociendo. Porque no hace falta tener edad para tener identidad.

La luna me observa como escribo en el camino de mi propia realidad.
Realidad estancada en la marea del saber, que con los años es lo único que he aprendido a aprender.
Y me mata. Me mata la autenticidad de la ausencia de placer.
¿Qué era eso? Me preguntaba hace unos meses, en la miseria de libertad
¿Cómo superar la barrera de agotamiento? Me preguntaba hace semanas
¿Existe el placer si no va unido al saber? Parece que no, me respondo hoy.


195 kilómetros para caer, y no me siento preparada para volar. Aumentar la altura no alivia la tensión.
Ruleta, noria, libertad. Todo es una vuelta a comenzar. No sé por lo que apostar, no sé por lo que luchar, pero 177 kilómetros para afrontar la realidad.

jueves, 4 de enero de 2018

Pérdida de identidad

La magia del hablar existe mientras surjan historias de que conversar.
Los sueños no se pierden si son dignos por los que luchar.
Ansia, ansia de esperanza en un pequeño rincón olvidada.
No, porque no es más que la esencia de sentir estar vivo lo que acelera la superficial.
Andando, sobre lágrimas derramadas en el tren de la melancolía.
Sí, melancolía. Palabra a lo mejor bella para ti, pero no para mi.
Quién sabe, si al final todo es una búsqueda hacia la verdad.
Un paso en falso no es ahogarse, pero si sentirse ahogado.
Y que más da, que más da, si al final vivimos de recordar.
El tiempo anda, pero tú andas para atrás. Sabes que es verdad.
Recordar y recordar es el veneno del más allá.
Quién sabe, si al final todo es una búsqueda hacia la libertad.
O no, pues tendría que existir para ser buscado.
Vaya, te he roto tus planes, ideas y fundamentos.
Llora un rato.
Pensar en soledad en una forma de crear tu propia libertad.
Y, cuando vuelvas al mundo real, no bajes de las nubes.
Dale la espalda a la razón, puesto que es otro concepto análogo.
Cierra los ojos, vuela lejos y no vuelvas.
Para qué ser quién eres, nadie va a apreciarte más que tú.
Olvida el resto, irradia tu sentimentalidad con quién no haya que andar.
Descansa de ser humano y pertenecer a la humanidad

Pérdida de identidad