martes, 1 de mayo de 2018

Jaque Mate

Jaque Mate. No había movimiento posible para ganar en esta partida contra las blancas. Había perdido cualquier posible oportunidad para levantarse victorioso como rey de las negras.

Sí, había perdido a pesar de la esperanza que tenía al principio. Había encontrado un buen batallón, seguidores fieles los cuales protegerían su persona hasta caer rendidos. Sonaba sencillo que el resto luchara por él mientras que se encontraba sentado en su guarida. Aunque claro, no tenía en cuenta que su protectores no estaban protegidos y las batallas se libran a base de sangre y caídas. 

Era sencillo observar y observar al que no se encontraba en el círculo del confort. Sin embargo, no contaba con que a veces las fichas de su propio bando a la hora de la verdad, también quieren protegerse y buscar su propio bien común. No se llama desobediencia, se llama autodefensa. Al final, siempre gana el que piensa en sí y solo en sí mismo. 

Caída de batallón a media partida. No sabía el pequeño rey que hacer. Nadie le había enseñado a defenderse, y ahora que estaba viéndose en peligro por el abandono o muerte de su defensa, no le quedaba más remedio que andar. Que frustración sentía cuando los demás corrían y él únicamente podía moverse paso a paso. Al final, siempre hay que tener un plan B para escapar en la adversidad.

Rodeado, sin movimiento alguno, se rindió. No podía más. Había caído el imperio que alimentaba su humanidad. Aprendió que no podía vivir en base a los demás en la lucha de las puertas de cielo/infierno.