domingo, 30 de abril de 2017

Pequeña ráfaga de viento:
No te mereces ni que te dedique unas palabras, pero no importa. Nadie te llamó, no eras necesaria.
 Eres inesperada, nadie puede predecir que aparezcas y lo pongas todo patas arriba. Traes caos y desorden. Arrasas. Simplemente avivas la llama del recuerdo. Te odio por ello.
Ausente y a la vez oscureciendo tanto el camino, cegando el próximo paso. Desaparece ya. Veneno acumulado.
El intento de arreglar tus ráfagas no sirve, siempre vuelves. Te sigo odiando, aunque esto no evite que te añore a momentos.
Después de una tempestad de sentimientos a olvidar, un simple viento rememora momentos a esconder.
 Calma, nunca dura la calma. Y es necesaria. Mucho.
Maldita ráfaga de viento.