martes, 13 de septiembre de 2016

Mini historia #2

Si yo hubiera sabido donde se celebraba la carrera, no me habría apuntado. Debía correr en el bosque, ese lugar donde pasamos la mayoría de nuestra infancia mi amiga Sandra y yo. Ese lugar donde fue vista por última vez antes de desaparecer. La última persona que estuvo con ella fui yo.
La carrera era en honor a ella para recaudar fondos para su búsqueda. Cuatro años iban ya sin ella y sin ninguna pista. Todos desesperanzados por saber algo y los ánimos por encontrarla viva iban cayendo ¿Habría sido secuestrada? ¿La habrán matado y escondido su cadáver? Incluso, y lo menos probable ¿Habrá escapado voluntariamente?
Ella es...o era, no lo sé, una de las mejores personas que he conocido. Le caía bien a todo el mundo, era muy querida en el pueblo ¿Quién podría hacerle daño? Tantas preguntas y ninguna con respuesta...
Llegué a la línea de salida con Teresa. Fuimos a por la antorcha y nos preparamos para correr juntas. Ella sabía lo que este lugar significaba para mí y no quiso dejarme sola.
Sonó el pistoletazo de salida y empezamos a correr. A pesar de ser un camino largo, para la mayoría de gente no había prisa, pero para mi sí, no podía estar en ese lugar más tiempo del necesario.
Poco a poco los recuerdos fueron viniendo a mi mente sin ser llamados...la primera vez que subí a un árbol, la pelea en el barro que tuvimos el día que lloví a cántaros, el día que nos perdimos hasta que vinieron a buscarnos, el día que practicamos con el arco de su padre...
Tuve una corazonada espantosa. Me desvié del camino y me adentré en el bosque después de cuatro años, aunque lo recordaba perfectamente. Teresa me llamaba, pero no la escuchaba, yo tenía fijo mi objetivo.
Y allí estaba. El arbusto donde escondimos el arma de su padre ¿Cómo no me acordé de él? Pero no era eso lo que estaba allí. Había algo distinto y peor, el cadáver de Sandra. Alguien lo había puesto aquí para mí, sabrían que iría esa noche.
Salí corriendo con la antorcha, volví al camino desesperada y fui hacia el pueblo. No me importaba nada. Necesitaba salir de allí lo antes posible, esperaba que Teresa lo entendiera.
Me adentré en el pueblo y me senté al lado de la Iglesia. Cerré los ojos. Lo sabía. Sabía quién había matado a mi amiga. Esa persona que había intentado salir pero ella no quiso. Él era el único que sabía donde escondíamos el arco. Ese arco que nunca se encontró.
Mi hermanastro. El chico que odiaba porque pensaba que puse a Sandra en su contra. Todo mentira.
Abrí los ojos y allí estaba él. Preparado para atacar. Quería que supiera que le pasó a mi amiga antes de ser su siguiente víctima.


2 comentarios:

  1. Joder... Que mal rollo!
    Te gustaba escribir cosas medio de terror medio macabras eh xDD

    Suerte que soy hija unica ;)

    Un Beso!

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    1. hola! jajaja pues sí, la verdad es que no son historias con final feliz...Eso pasa cuando te obligan a escribir algo en clase, no se ocurren bellas historias, eso debe salir solo.
      Un saludo

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