jueves, 4 de agosto de 2016

Una caída, una sabia lección

Quiero caerme. No en el sentido físico, eso duele, sino en el sentido simbólico.
La vida enseña en distintas situaciones a que no todo puede ser de color de rosa, nada se nos regala. Todo lo conseguimos en base a nuestro esfuerzo, trabajo, constancia y sudor.
Sin embargo, a veces ni con esos elemento a nuestro favor se consigue llegar a la meta porque es un camino demasiado largo para mantenerse en pie. Y caes. Caes porque en un momento te das cuenta que es imposible para ti seguir recto. Caes porque llegar a pensar que la meta no merece tanto la pena para el esfuerzo que estás haciendo. Caes porque te parece injusto que otro obtenga tu premio haciendo nada comparable a todo tu sacrificio. Hay tantas razones por las que podemos quedarnos sin sentido en el camino que me costaría enumerarlas.
Siempre me gusta poner un ejemplo. Yo, por ejemplo he tenido difícil la elección para elegir una carrera. No soy de esas personas que tienen todo muy claras desde peques, nunca he sabido manejar mi futuro.
Llevo dos años aguantando un bachillerato, luego una selectividad para encontrarme en una rotonda con multitud de salidas y yo sin parar de dar vueltas. Es irónico que lo peor no fuera lo anterior, sino la impotencia de decidir qué hacer.
¿Qué ocurrió? Caí. No sabía que hacer, decidir mi futuro en unas semanas era algo que no creía posible. Me sentía impactada, horrorizada, asustada, cualquier adjetivo negativo que se te ocurra, ya que estaba rodeada de gente que sí lo tenía todo tan claro...
Cualquiera que lea esto puede pensar que es una tontería, pero una decisión, sea como sea, no debe tomarse a la ligera.
¿Qué me sacó de la encrucijada? Dos cosas. Una persona y una canción. Me ayudaron a levantarme y a enseñarme a mi misma que no pasa nada si ocurren errores. Si caigo, puedo levantarme.
Esa persona me enseñó que una vez que estás perdida, en lo bajo, debes aferrarte a tus sueños, tus metas, aunque no tengan salida o no sean lo que todo el mundo espera de ti. Hay que luchar por lo que a uno le mueve siempre. Si te llena algo, aunque parezca insignificante, aférrate a ello y eso te levantara, sin olvidarte de quien eres.
La canción que me llenó y activó completamente es la canción Alive de Sia. Como dice su nombre, estamos vivos, y que por eso da igual que cometa fallos, tengo tiempo de encontrar mi sitio, lo que nunca debo olvidar es quién soy, que no soy una persona perfecta y mi felicidad no debe depender de una decisión, sino de mi misma.
Cuando tomé la decisión de la carrera que quería hacer, me di cuenta de todo esto. Caer es lo que te enseña a ver lo que quieres, lo que no necesitas y fundamente tus pilares. Si todo fuera de color de rosa, no haría falta nada, nos conformaríamos con todo. Si no caes, no aprendes. Y sin cicatrices no avanzamos. La humanidad debe aprender a ser ella misma. Equivocarse es igual de positivo que acertar. Por eso ya no me importó hacer una lista de solicitud sin una preferencia clara, porque si fallaba, lo que no te mata, te hace más fuerte.
¿Por qué sufrimos al equivocarnos? Parece que no tenemos suficiente vida, todo debe ser perfecto a nuestro alrededor. Al fin y al cabo, es la mentalidad que nos han enseñado. Que egoístas somos.
Yo ya me he cansado de ser así. Me gusta caer, porque a pesar de las cicatrices, me voy a levantar, y, esa vez, seré más resistente, más fuerte, y sobretodo sabia.

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No entré en la carrera que solicité, me aceptaron en la segunda opción. No me llegaba la nota a lo que creía que quería por haber hecho una modalidad de bachillerato distinta a la requerida.
Caí, pasé un día que no me aguantaba ni yo misma, sin saber que hacer. Luego tranquilamente me esperé a la segunda adjudicación. En el tiempo de espera me di cuenta que la carrera que había elegido de primera opción no debía marcar mi felicidad. Si no entraba, no debía de importarme. Eso no va a marcar mi felicidad, ¡anda que la vida no da vueltas! Yo soy la juez de mi vida, y solo yo dicto mis decisiones. Error o acierto, es algo que se tomó en el pasado y puede cambiarse en el futuro.
Llegó la segunda adjudicación, no entré de nuevo y me matriculé en la segunda opción, segura de que había sido mi decisión. Me había levantado, y, si luego caía, estaría orgullosa de hacerlo por mi misma

8 comentarios:

  1. ¿Fue tu decisión porque no podías hacer más cosas?
    Porque dices que fue tu decisión pero en realidad solo aceptaste el hecho de que te habían admitido en la segunda y no en la primera ¿No?
    No sé, no siempre hay que hacer como primera opción una carrera, es posible que haya más caminos para llegar al mismo destino.

    Pd. Me ha gustado mucho leer la entra, sigue así.

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    1. No es que decidiera hacer la segunda opción porque no me quedaba más remedio, sino porque si yo en su día hice una lista, es porque todas las opciones a su manera pensaba que me gustarían. Si hice las preferencias el día de antes de enviar. La solicitud no creo que fuera una decisión totalmente asimilada, al contrario que una persona que lleva toda la vida queriendo.
      No he luchado por lo que se llama mi vocación como otros, sino seguiría en la lista de espera.
      Y sí, puede que haya más caminos para ese destino, pero yo he hecho lo que me decía mi instinto, y he cogido un camino que a lo mejor no se esperaba de mi, pero he sido yo barajando todas las posibilidades. La cuestión es que tú planteas un destino, yo vi muchos posibles destinos muy diferentes. Escogí uno, acertado o no, pero uno que me atraía

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  2. Hay épocas difíciles en nuestras vidas, y aunque has dicho que has recibido ayuda de una canción y una persona, quiero decirte que la mejor ayuda que vas a encontrar es en ti misma.

    Me ha gustado mucho esta entrada, espero que cada vez la situación vaya mejor y sobre todo te ánimo a mirar el mundo con ojos distintos, muchas veces nos centramos tanto en un punto que no somos capaces de ver con perspectiva.

    Un saludo y mucho ánimo :)

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    1. Hola!
      Si, la verdad es lo que tu dices, el mejor apoyo en los peores momentos somos nosotros mismos que nos conocemos realmente. Espero con el tiempo y la madurez poder ver el mundo como dices, con ojos distintos y que todo no sea tan drástico. Serán efectos de la adolescencia jajja
      Gracias por pasarte, un saludo!

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  3. Hola y Bienvenida de nuevo!! :)

    Me ha gustado mucho la entrada y estoy de acuerdo con lo que dices... A veces estamos tan perdidos y asustados ante la posibilidad de equivocarnos que nos dejamos llevar por la corriente sin tomar nuestras propias decisiones.

    En su momento yo tp pude entrar en la carrera que quería, me dejé llevar y me equivoqué. Un año despues tome una decision y cambié de carrera... Creo que fue lo mejor que pude hacer.

    Mucha suerte en esta nueva aventura, y si caes, animo para levantarte una y otra vez.

    Un Beso!

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    1. Hola!
      Muchas gracias por el apoyo, espero que tu cambio haya ido genial:) Pase lo que pase, hay que levantarse! Un saludo:)

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  4. Hola! Te entiendo totalmente porque acabas de describir mi año. Este año he empezado la universidad y te puedo afirmar que he estado más tiempo abajo que arriba. Todas las cosas se han torcido y a pesar de toda la dedicación que yo le ponía no conseguía ningún resultado. Mi consejo es paciencia. Se que es muy típico pero te lo dice alguien que todavía sigue sufriendo por esto. Sacarás algo muy bueno que es darte cuenta de que la vida está para equivocarse. Me ha encantado leerte.
    Un beso y nos leemos :)

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    1. hola:)
      Me encanta la conclusión, la apunto "La vida está para equivocarse", me gusta. Intentaré tener paciencia y no desesperamente.
      Espero que todo mejore! un saludo:)

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